Aquí us deixam l'entrada sencera de recomanacions que ens fa l'orientador Jesús Jarque de la WEB que ja us hem recomanat Familia y Cole, per aconseguir que fills i filles facin els deures tots sols.
7 octubre, 2012
“Mi
hijo tiene 8 años y todas las tardes la misma lucha: tengo que sentarme
con él a hacer los deberes e ir explicándole uno a uno lo que tiene que
hacer. Si lo dejo solo no hace nada. De esta forma le tengo que dedicar
toda la tarde. Me gustaría que fuera más autónomo. No me importa
aclararle alguna duda, pero que hiciera la mayoría solo. ¿Qué puedo
hacer?“
Esta es una consulta habitual
con la que muchas madres y padres se sentirán identificados. A lo largo
de dos entradas voy a tratar de ofreceros unas pautas para abordar esta
situación. En esta primera entrada trataré de explicar por qué se
produce y hacia dónde se debería tender.
1. POR QUÉ SE PRODUCE
Este problema se puede producir por alguna o varias de las siguientes circunstancias:
a. Se ha creado un hábito
El niño
se ha acostumbrado a realizar los deberes
con su madre (o con otro adulto) y se ha establecido el hábito de hacer
los deberes acompañado, explicándole las instrucciones de lo que tiene
que hacer y se confirme si la tarea está bien hecha o no.
b. Dependencia
Además se ha creado una dependencia del adulto: no es capaz de
afrontar las tareas por sí mismo. El niño suele expresar rápidamente
que no entiende o no sabe lo que tiene que hacer. Normalmente cuando
tiene que hacer un ejercicio pregunta directamente :
¿Qué hay que hacer? De esta forma no intenta buscar soluciones o alternativas para resolver lo que le están pidiendo.
Por otro lado, necesita que papá o mamá
le confirmen que está haciendo lo correcto. Si lo hace solo no sabe evaluar su propia realización
c. Dificultades de aprendizaje
En otros casos el problema se agrava si hay dificultades de
aprendizaje. Por diferentes motivos el niño o la niña no sabe realizar
las tareas porque no las ha aprendido,
no dispone de conocimientos previos o se encuentra tan retrasada en el aprendizaje que es incapaz de afrontarlas.
Imagínese el caso que estamos presentando de 8 años que tiene que
leer un texto y realizar unas tareas de comprensión, pero su nivel de
comprensión lectora apenas llega a comprender oraciones sencillas: no
está en condiciones de afrontar la tarea que se le pide. Muchos niños
tienen tales lagunas y retrasos en los conocimientos previos necesarios
que no están en condiciones de afrontar los aprendizajes que se le
proponen.
No disponer un cierto vocabulario, comprensión lectora o razonamiento matemático le impide afrontar muchas materias.
d. Se refuerza una conducta inadecuada
Al realizar las actividades con la ayuda de su madre o padre, está
recibiendo una atención especial:
los adultos están centrados totalmente en lo que está haciendo. Recibir
atención de forma exclusiva siempre es reforzante para los chicos y
contribuye a que esa conducta se mantenga en el tiempo.
El comportamiento que se quiere corregir (estudiar con ayuda de un
adulto) obtiene un “premio”: la atención exclusiva de sus padres, que
hace que ese comportamiento se afiance más.
2. QUÉ HABRÍA DE LOGRAR
Es posible que muchas familias no hagan de esta situación un
problema, es más, vean adecuado trabajar con sus hijos. En este caso, no
hay nada que afrontar.
Sin embargo, desde un punto de vista educativo parece que lo más adecuado es
que el niño crezca en autonomía personal
y sea capaz de afrontar los deberes escolares por sí mismo sin una
dependencia de sus padres, aunque le pidan ayuda de vez en cuando.
Depender de los adultos para realizar los deberes tiene el
inconveniente de cualquier dependencia. Entre otras cosas que en
determinadas situaciones,
como los exámenes, no contarán con esa ayuda y los resultados no serán positivos.
En otra entrada os facilitaré algunas orientaciones para remediar esta situación.
www.jesusjarque.com
11 octubre, 2012
Esta entrada es la segunda parte de una que escribí anteriormente y que se titulaba “solo hace los deberes si estoy con él“.
El caso nos lo presentaba una
mamá: Mi hijo tiene 8 años y todas las tardes la misma lucha. Tengo que
sentarme con él a hacer los deberes e ir explicándole uno a uno lo que
tiene que hacer. Si lo dejo solo no hace nada. De esta forma le tengo
que dedicar toda la tarde. Me gustaría que fuera más autónomo, que
aunque yo le aclarara alguna duda él los hiciera solo. ¿Qué puedo hacer?
1. RECORDANDO
Las posibles causas que os explicaba eran que se había creado
un (mal) hábito, se había establecido una situación de
dependencia, se estaba
reforzando con atención una situación inadecuada y que el niño o la niña presentara
dificultades de aprendizaje.
Después de explicar las posibles causas de esa conducta el objetivo
que había que pretender es que los niños y niñas lograran a partir de
los 7 años un nivel de autonomía que les permitiera
afrontar las tareas sin la presencia del adulto.
2. ANTES DE AFRONTARLO
Antes de intentar modificar este comportamiento es necesario tener presente dos situaciones:
a. Estar dispuesto a cambiar la situación
En primer lugar los padres tienen que estar dispuestos a hacerlo,
puedan llevarlo a cabo y tengan la determinación de adoptar las medidas.
Algunas familias no lo están por razones que ahora no voy a entrar. En
otros casos, estarían dispuestos pero
no disponen del tiempo o la paciencia para llevarlo a cabo. Y en otros casos no existe la determinación: saben que van a ceder, que no van a ser constantes …
En cualquiera de los tres casos es mejor
ni siquiera intentar nada de lo que os propongo. Ya lo afrontaréis cuando podáis o queráis. Pero
“amagar” suele empeorar las cosas y hacer más complicado volver a intentarlo.
b. Si hay dificultades de aprendizaje
Si una de las causas es que el niño o la niña tiene dificultades de aprendizaje, lo importante no es cambiar este hábito sino
afrontar las dificultades.
Pueden recibir un refuerzo o apoyo escolar en el colegio, la ayuda de
un profesor particular o en este caso, de los propios padres.
En casos más graves, el niño o la niña necesite que la enseñanza se
le adapte y se le propongan objetivos y contenidos que puedan estar a su
alcance.
Los más indicados para saber si el niño tiene dificultades de aprendizaje
son sus propios profesores: tened muy en cuenta su opinión.
3. CÓMO CONSEGUIRLO
Los pasos a seguir serían los siguientes:
1º. Explicarle la situación
A partir de los 7 u 8 años los niños y niñas deberían hacer los
deberes solos. Si se quiere conseguir que lo hagan les explicaréis
previamente lo que se pretende y los motivos por los que debe ser
autónomo en este aspecto. Aunque parezca que no tiene importancia, que
los niños sepan lo que se pretende y las razones, es fundamental para
que se sientan implicados y dispuestos a hacerlo
Se lo ofreceréis
como un privilegio, no como un castigo o una consecuencia negativa.
2º. Marcar un tiempo de principio y fin
El tiempo dedicado a los deberes tiene que ser limitado: con
principio y fin. Muchas familias pasan horas durante la tarde y el
tiempo de los deberes concluye cuando estos se acaban. Suele ser un
error ya que en estos casos se pierde muchísimo tiempo.
Mejor avisar que a determinada hora se termina y si los deberes no
están terminados, al día siguiente intentará aprovechar más el tiempo.
En estos casos se puede avisar a sus profesores de que durante unos días se está llevando a cabo este “tratamiento”
3º. Estar con él en la mesa
Durante los primeros cinco días aproximadamente, los padres pueden estar sentados en la misma mesa que él,
a cierta distancia, pero sin implicarse en la tarea.
Es decir, no le leerán las instrucciones ni le explicarán lo que tiene
que hacer. Tendrá que esforzarse por entender lo que se le pide o
buscar una forma de solucionar por sí mismo las tareas.
Cuando falten unos minutos para terminar podrá explicarle algunas
dudas, pero será algo muy puntual. No pasa nada porque no lleve los
ejercicios sin hacer, en ese caso se le dirá al niño que explique a su
profesor que no sabía qué hacer. Es mejor que el profesor sepa que no
sabe hacerlos que llevarlos hechos, pero en realidad sin dominar la
tarea.
4º. En la misma habitación pero alejados
En una segunda fase, se puede permanecer en la misma habitación que
el niño, pero sentado en otro lugar. Por ejemplo, el niño o la niña
trabaja en la mesa del comedor y mamá o papá está sentado en el sofá
leyendo un libro. Esto se puede seguir durante otros cinco días
aproximadamente.
5º. Trabajar en solitario
En la última fase el niño trabajará ya solo en su mesa y habitación.
Al principio los padres pueden estar presentes pero abandonarán de vez
en cuando la sala en la que esté haciendo los deberes. Más adelante
estará solo desde el primer al último momento.
6º. Reforzar
Es muy importante reforzar la conducta adecuada, no la inadecuada. Eso implica “sorprenderlo” cuando esté trabajando solo,
dar muestras de satisfacción por las tareas que sabe afrontar sin ayuda, valorarle y reconocerle que sepa buscar soluciones por sí mismo.
Al principio
será costoso, no os lo niego, pero ¿qué
queremos? ¿Que su hijo “cumpla el expediente” de llevar los deberes
hechos (en su mayoría por los padres) al colegio o que su hijo sea
autónomo y sepa solucionar la primera responsabilidad seria de su vida,
los estudios?
Espero que estas pautas os ayuden en vuestra labor educativa y también vuestras opiniones
www.jesusjarque.com